La Palma en NOVIEMBRE

Priostes, camareras y vestidores desempolvan en noviembre la vestimenta más antigua de nuestra titular, el atavío de luto que retoman con motivo del mes de los difuntos. Con elegancia y buen hacer viste saya donada por la Duquesa de Alba en 1961.

LA NOCHE DE LAS ÁNIMAS

Con el ocaso del Día de Todos los Santos nos adentramos en la lúgubre Noche de las Ánimas, antesala de la Festividad de los Fieles Difuntos. Durante unas horas los seres del inframundo recuperan efímeramente el protagonismo mundano perdido con la muerte, retornando al mundo de los vivos como espectros de una realidad vital pasada.

La creencia de nuestra cultura popular arraigada ancestralmente en el bagaje de los tiempos pretéritos, determina que las ánimas del purgatorio vagan esta noche por el mundo en busca del descanso eterno, acudiendo a nosotros en busca de ayuda.

Por estas almas se encienden velas y lamparillas de aceite en las casas e iglesias de nuestra tierra. La rica tradición oral hispánica está llena de historias y leyendas, cuyo contexto se localiza en la referida Noche de Ánimas.

Espectros, fantasmas, aparecidos, aquelarres de brujos y brujas…, vertebran la rica escenografía folklórica de la Noche de los Difuntos en nuestra cultura popular, desgraciadamente alterada por la injerencia de modismos extranjeros ajenos a nuestra idiosincrasia.

Durante unas horas asistiremos a la realidad del mundo paralelo, que cada 2 de noviembre se nos aparece en la escena mundana de nuestras vidas, para cumplimentar el trámite del estrechamiento ritual de la línea que separa el mundo del inframundo. Como cada año las frías sombras de los fantasmas de nuestra historia, vuelven para recordarnos lo efímero de nuestra existencia.

PD Escuchar en una noche como esta desde la cama, el relato de la leyenda soriana del Monte de las Animas (Gustavo Adolfo Bécquer) es toda una experiencia.

GONZALO LOZANO ROSADO