miércoles, 26 de junio de 2013

Fundiendo la cera mercedaria


Quedan unos treinta días para que la cruz de guía de nuestra hermandad rompa el dintel de la puerta de San Agustín.  Menos de un mes para que el Domingo de Ramos sea una realidad, con su ilusión, olor a azahar, la algarabía de los niños, los costeros y los izquierdos, los rosarios en las manos de los pateros.  Apenas treinta días para que todo por lo que lleva trabajando la hermandad el resto del año, se haga realidad,  y es tiempo de que las mayordomías y priostías den los últimos retoques necesarios para las salida procesional
Sin embargo, quiero hacer una parada en el tiempo y recordar con nostalgia los años de montajes de la candelería del paso de palio de “la palma”, mi virgen.


La palabra vela o cirio, procede del latín (candere) y su significado es brillar. Desde el tiempo de nuestros antepasados los romanos y los griegos se han utilizado medios de iluminación para el interior de la casas y posteriormente se están consumiendo incluso dentro de los santuarios y templos y en casi todas las ceremonias de cultos y rituales de prácticamente todas las religiones tanto orientales como occidentales.


Desde el siglo IV, las velas han sido un medio de ofrenda a Dios, a las Vírgenes y a los santos en acción de gracias o para pedir un favor. En la Iglesia Católica se bendicen las velas el día de La Candelaria. También la noche del sábado anterior al domingo de Pascua de Resurrección, se bendice El Cirio Pascual, que se encenderá todo el año durante el ritual de la Santa Misa y otras ceremonias de su liturgia.  

Hagamos un poco de historia sobre el arte de colocar la cera en los pasos.
Parta
mos del paso de palio, que tiene su origen en el siglo XVII. Este tipo de paso se va definiendo con más claridad hacia el siglo XVIII.

Pero la candelería no evolucionaba al mismo ritmo. Hasta el siglo XX los pasos de palio se alumbraban con puntos de luz que el prioste conseguía reunir. Así en las fotos antiguas, podemos ver palios con cera muy fina y alta, en candelabros individuales o de tres brazos tomados de un altar, o de la casa de algún hermano que los prestaba para esa ocasión, a veces con tulipas, a veces sin ellas...

         Quiero trasladarme a los primeros años de costalero de mi virgen, allá por el año 1.988, en el que un grupo de hermanos costaleros nos acercábamos en las semanas previas al Domingo de Ramos para ayudar en el montaje de los pasos.

 
Los montajes de antes no eran como los de hoy en día. Los candelabros antiguos necesitan una caja de “arandelas” y “tuercas” para poder cuadrarlas.
El ritual comienza dos semanas antes del Domingo de Ramos en jornada matinal de Sábado, sobre las ocho de la mañana. Allí quedamos como cada año para fundir la cera y preparar la candelería, Javier “Castillo”,  Pepe “Maizales”, José María “Vecino”, Ruano, mas reciente “QUIN” y por ultimo el que le escribe, que siempre llegaba un poco tarde, porque previamente va a por “tortas de manteca” para empezar la mañana con fuerza.  Algunos que otros y sin nombrar a nadie, eran capaz de comerse hasta una docena, y doy fé de ello.

Después del tradicional desayuno, nos ponemos manos a la obra, mientras Pepe enciende la bombona, Casti y Ruano replantean los candelabros sobre la mesa, y el resto a pelar velas, y cuidar que el caldo siempre esté a punto.

           Fundir la cera es uno de los rituales en el ceremonial no escrito de las tradiciones cofrades.  Para llevarlo a cabo, cada vela se raspa por su extremo inferior, lo que se llama RASPAO. Esta especie de viruta de cera, se echa a fundir  en un caldero, lo que se llama “CALDO DE FUNDICIÓN”, y acto seguido se procede a llevar los CUBILLOS de cada candelero, introduciendo seguidamente, una a una las velas ya raspadas, manteniéndolas firmes y quietas así, según las indicaciones de los priostes y ayudantes, a fin de que queden firmes y derechas por los cuatro costados.

La calidad de la cera está en función de la cantidad de parafina que se emplea. La cera pura se funde en un instante, por lo que se emplea parafina para que se mantenga sólida y se consuma poco a poco.


Normalmente para los pasos de palio se emplea la calidad llamada "notable", y no se puede emplear superior, porque si no ardería en poco tiempo.
 

El problema es que los cereros cada vez empiezan antes su trabajo, y el enfriamiento de las piezas no es el mismo en verano que en invierno.

Existen muchas formas de poner la cera. La llamada por tandas, es frecuentemente utilizada en palios de cajón o bastante serios. Pero hay muchas más variantes.
 
La anchura de la calle central es también característica en algunos palios, al igual que su estrechez en otros.  A los palios que se les ponga velas rizás, tendrán en las tandas de cada fila todos los cirios a la misma altura, tan sólo las velas rizás tienen diferente altura de los cirios que las rodean.

Lo que si que suelen poner, son los cirios más altos en los palios llamados serios. La altura máxima que debe tener la candelería es la que mirando desde abajo delante del paso llegue como muy alta algo por debajo de la barbilla de la imagen, nunca por encima.


Entre 90 a 100 candelabros seria una cantidad moderada. Con algo más de 70 candelabros bien colocados se puede configurar una muy buena candelaria.        

-Articulo Manolo Benitez  Boletin Hermandad 2011-