viernes, 30 de septiembre de 2022

EL RITO DEL PRIMER DOMINGO DE OCTUBRE.

EL RITO DEL PRIMER DOMINGO DE OCTUBRE. TAL COMO MANDA LA ANCESTRAL TRADICIÓN RELIGIOSA POPULAR DE LA VILLA, MARCHENA JUNTO A SU VIRGEN DEL ROSARIO
“¡Oh Reina del Santo Rosario! te suplico que le pidas a tu hijo por todos nosotros….” (Oración a la Virgen del Rosario)
La devoción mariana del Rosario debe su difusión principalmente a la Orden de Predicadores, fundada por Santo Domingo de Guzmán al inicio del siglo XIII.

La orden dominica, como popularmente es conocida, está profundamente ligada a la historia de la villa de Marchena, a donde llegaron de la mano de los Duques de Arco. La festividad de Nuestra Señora del Rosario se celebra el día 7 de octubre, en recuerdo de la mítica batalla naval de Lepanto (1571), contra los infieles otomanos.

En la localidad sevillana de Marchena es tradición que la Virgen del Rosario, patrona del municipio desde el año 1835, recorra en procesión de carácter letífico las calles de la antigua villa ducal, el primer domingo del mes de octubre.





Durante la antigüedad clásica, los pueblos grecolatinos solían coronar con rosas las estatuas de las deidades, como símbolo del ofrecimiento de sus obras y corazones. El vocablo “rosario” significa corona de rosas.
En la época de las persecuciones, cuyo momento más dramático llega en tiempos del emperador Dioclesiano, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio, caminaban hacia del patíbulo que significaba el emblemático Coliseo romano, vestidas con sus mejores ropajes y con sus cabezas coronadas de rosas como símbolo de alegría. Una vez consumado el sacrificio, emboscados en la furtiva noche, los cristianos recogían las coronas, y por cada rosa recitaban una oración.
En el Medievo era habitual realizar la salutación a la Virgen María como “rosa”, verdadera y única Madre del Hijo de Dios en la tierra, símbolo de alegría. Por ello se adornaban las imágenes de la Virgen con coronas de rosas y se cantaba a María como “jardín de rosas” (en latín medieval “rosarium”).

Pero como la mayoría del pueblo en la Edad Media era analfabeto, los que no sabían recitar los 150 salmos del Oficio Divino los sustituían por 150 Avemarías, acompañadas de genuflexiones, sirviéndose para contarlas de granos de cereal enhebrados por decenas, o de nudos hechos en una cuerda de reducidas dimensiones.
Santo Domingo de Guzmán y la orden de Dominicos fueron quienes más contribuyeron a la formación del Rosario y a su propagación. En Marchena los dominicos llegaron a tener mucho poder en la corte de los Duques de Arco, junto a los franciscanos, con quienes rivalizaron principalmente por la cuestión inmaculista.



En Marchena llegaron a existir hasta tres hermandades del Rosario diferentes.
La corporación histórica vinculada a los dominicos, languideció durante el convulso siglo XIX, llegando prácticamente a su extinción durante el XX. En la década de los años ochenta del pasado siglo la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro, se fusionó con la Hermandad del Rosario, comenzando desde ese momento una nueva y próspera etapa para la devoción mariana dominica en Marchena, que nos conduce hasta nuestros días.
GONZALO LOZANO ROSADO